20 febrero, 2018
La ola de frío me ha obligado a tejer unos gorros muy monos para mis hijos... Y es que cuando a una tejedora se le pide una prenda determinada, con elección hecha ya de colores y teniendo claro lo que uno quiere... ¡¡no se puede resistir!!
A ese encargo le siguió otro... y luego otro...
Y mientras tanto mi chal me miraba desde la mesilla con cara de reproche...
-"Es que ya no tienes tiempo para mi..."-
Ains... Pues es cierto, ¡¡pero no por falta de ganas!!
Por fin encontré el momento. Pero algo había que no me dejaba avanzar...